Con el advenimiento de la dinastia Borbón, Felipe V y Fernando VI, reyes de gusto afrancesado no tuvieron excesivo interés por el monasterio que quedaba muy austero para su tren de vida de lujo, fastuosidad y fiestas acostumbrados; es por ello que estos reyes prefirieron los Palacios de Aranjuez, La Granja y el Pardo para sus jornadas de descanso y reposo.
Con Carlos III (1759-1788) y Carlos IV (1788-1808), la vida del monasterio tuvo un pequeño renacimiento pero por causas distintas a las que pudieramos imaginar. Su emplazamiento favorecía el ejercicio de la caza y los paseos campestres, por lo que modificaron el primer piso del ala norte para dotar a estas estancias de todas las comodidades dignas del reyes. Asi adornaron las habitaciones con muebles, relojes, lamparas de arañas y sobre todo con tapices, cerca de trescientos, realizados por la Real Fabrica de Santa Bárbara y otros traidos de Flandes, Francia e Italia. Los autores de los tapices españoles brillan con luz propia, Goya y Bayeu, además de Castillo, Teniers y Wouerman.
Con Carlos III (1759-1788) y Carlos IV (1788-1808), la vida del monasterio tuvo un pequeño renacimiento pero por causas distintas a las que pudieramos imaginar. Su emplazamiento favorecía el ejercicio de la caza y los paseos campestres, por lo que modificaron el primer piso del ala norte para dotar a estas estancias de todas las comodidades dignas del reyes. Asi adornaron las habitaciones con muebles, relojes, lamparas de arañas y sobre todo con tapices, cerca de trescientos, realizados por la Real Fabrica de Santa Bárbara y otros traidos de Flandes, Francia e Italia. Los autores de los tapices españoles brillan con luz propia, Goya y Bayeu, además de Castillo, Teniers y Wouerman.
Francisco, es un reportaje estupendo.bravo!!!! Luisa.
ResponderEliminarGracias por los comentarios Luisa ,igualmente el trabajo Santander es estupendo.Francisco
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